‘Beethoven. Del corazón al corazón’. Andrés García Ibáñez regresa a Madrid de la mano de Beethoven

La Serrería Belga acoge hasta el próximo 23 de febrero una colección de obras de uno de los máximos representantes pictóricos del realismo español contemporáneo.

Andrés García Ibáñez (Olula del Río, Almería, 1971) ha regresado por todo lo alto a una sala de Madrid.  Una imponente muestra con una colección de veinte obras de gran dimensión desarrolladas entre 1997 y 2012, y que el pintor y escultor dedicó al compositor alemán Ludwig van Beethoven, por el que siente una absoluta pasión desde que lo descubriera en Pamplona mientras cursaba sus estudios de arquitectura.

Andrés García Ibáñez

Andrés García Ibáñez. Exposición ‘Beethoven. Del corazón al corazón’

Como el mismo manifiesta, «escuchar la Novena Sinfonía fue para mí como asistir al big bang. A partir de ahí empecé a escuchar y a estudiar toda su obra. Y cada vez, de manera más intensa y recurrente, me venían muchas imágenes. Porque en Beethoven están todos los registros del ser humano: la alegría, la tristeza, el drama, la decepción, la soledad…».

La exposición se completa con dos pinturas de Francisco de Goya, un artista al que se ha comparado vital y artísticamente con Beethoven. Aunque nunca llegaron a conocerse, fueron coetáneos, murieron con apenas un año de diferencia, vivieron años decisivos en la historia europea y en la vida y trayectoria de estos dos genios se encuentran coincidencias reseñables. Para Andrés García Ibáñez, Goya y Beethoven son sus dos grandes maestros.

En concreto, Serrería Belga exhibe La condesa de Baena (1819) de Goya, cedido por la Fundación Zuloaga, de gran valor artístico, prólogo de sus pinturas negras y que se expuso por última vez en Madrid en 1961 en el Casón del Buen Retiro con motivo del cuarto centenario de la capitalidad de Madrid. De gran parecido compositivo con La maja vestida, presenta a una mujer recostada sobre una suntuosa otomana de tapicería rojiza. Su rostro serio, pensativo y de mirada profunda parece reflejar los tiempos convulsos en los que se pintó.

Además, puede verse Escena de la Guerra de la Independencia, óleo sobre hojalata atribuido a Goya, fechado entre 1810 y 1812, cedido por la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino. La Guerra de la Independencia dejó una profunda huella en el artista y este podría ser uno de los doce cuadros detallados en el inventario que realizó el propio Goya. De tonalidades oscuras y temática bélica, presenta personajes en plena lucha de una forma muy personal que puede verse también en otras obras de Goya estilísticamente muy parecidas, como El 2 de mayo de 1808 en Madrid.

 

Ruptura, libertad y romanticismo

Los cuadros de Andrés García Ibáñez resumen los ideales del Romanticismo, de la Revolución Francesa y de todas las utopías por las que luchó Beethoven, un compositor que marcó un antes y un después en la historia de la música, rompió reglas anteriormente establecidas y que está considerado por muchos como el primer compositor romántico.

Cartel ‘Beethoven. Del corazón al corazón’ | Serrería Belga

El hilo conductor de la exposición, comisariada por Estrella Romero Jiménez, pone el acento en algunos de los temas fundamentales para Beethoven y que García Ibáñez refleja en sus lienzos, como son la sepultura de las tradiciones artísticas clásicas, una nueva época de libertad musical sin barreras, la bondad y la naturaleza, la sordera y sus tinieblas, las contiendas bélicas, el amor y la intimidad, la religión o la muerte.

Las piezas expuestas están acompañadas por instalaciones sonoras y códigos QR que permitirán al visitante contextualizar las obras y escuchar las composiciones de Beethoven en las que se inspiró García Ibáñez para realizar cada uno de los cuadros.

Entre las piezas musicales incluidas figura la Novena Sinfonía de Beethoven, que este año cumple dos siglos de su creación. Esta sinfonía, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es una de las primeras en la historia en utilizar partes corales y tiene su reflejo en La fraternidad universal, un lienzo que muestra a los integrantes de un coro cantando desnudos y sin artificios y “vestidos” únicamente con sus voces y con su gestualidad.

La muerte de Dios sirve de cierre de la exposición. Un cuadro “irónico y desesperanzado”, en palabras de García Ibáñez. La obra hace alusión al modo personalísimo de entender la religión por parte de Beethoven, con un Dios sin intermediarios y rompiendo con la religiosidad más pura.

Esta muestra forma parte del compromiso de Serrería Belga con ofrecer una programación expositiva abierta al público en alianza con destacados agentes culturales, como es el caso, en esta ocasión, de la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino y de la Fundación Zuloaga.

 

Añadimos la entrevista que realizó Andrés García Ibáñez en el programa Punto de Enlace de RNE-Radio 5: https://www.rtve.es

 

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